Martita llega allí donde la llaman dispuesta a darlo todo. Es una payasa que ha perdido al resto de su compañía y se ve obligada a realizar sola el espectáculo. Ante tal inconveniente Martita busca nuevos artistas que puedan ayudarla. Es aquí donde la interactuación con el público es fundamental, porque de entre ellos saldrán los nuevos miembros de la compañía.
Los números que tiene que hacer esta payasa son cada vez más locos y divertidos; malabares, equilibrios, carreras de pollos y muchísimas tonterías más en un espectáculo lleno de frescura y buen humor
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